Mascotas maltratadas para hacer daño a su pareja

La violencia de género no siempre se manifiesta necesariamente en agresión física contra la pareja, sino que encuentra otras formas retorcidas de causar dolor, a veces incluso haciendo daño a seres próximos y queridos.

Hemos conocido casos a través de la prensa de progenitores que maltratan a sus propios hijos para dañar a su pareja y hay otros, como los que protagonizan estos cinco casos que recoge El Español, que deciden maltratar a la mascota de la familia para ‘vengarse’ así de su ‘ex’.

Cualquier tipo de violencia verbal o física es un acto deplorable que debe ser perseguido y sancionado con penas acordes; el problema es cuando ésta se manifiesta en forma de agresión a la mascota del hogar, actos que son más difíciles de demostrar y con penas menores.

Desde PACMA ya vienen denunciando desde hace tiempo esta nueva práctica de violencia dentro del hogar, tal y como recogen en El Español:

Cada vez más familias conviven con un animal y eso puede facilitar el daño a un ser querido y muy vulnerable. Es un grado de perversión añadido. Quien es capaz de ser violento con un animal también puede serlo con una persona.

Este tipo de maltrato hacia las mascotas puede ir desde la falta de atención y cuidados hacia el animal hasta acabar con su vida de forma violenta.

Así, en este mismo artículo recogen la historia de la mujer que compartía la custodia de sus hijos con su ex pareja y también la del perrete que se vio obligada a entregar en adopción con todo el dolor de su corazón alegando: ‘Mi ex le pega y deja de alimentarle para hacerme daño.’

Matar al perro para intimidar a la mujer

Peor aún es el caso de Farko, un Yorkshire de unos cinco kilos de peso, al que Florencio, de 61 años, decidió centrifugar en la lavadora aprovechando la ausencia de su mujer. Ahora se enfrenta a una pena de 18 meses de prisión como presunto autor de un delito de maltrato animal doméstico…¿suficiente?

Y así, otros casos se suceden, como el hombre que disparó contra los caballos de su mujer al errar el disparo contra sus hijos; o el otro energúmeno que estampó contra el suelo al cachorro que había regalado días antes a su mujer y le pisó la cabeza provocándole la muerte mientras advertía a su pareja: ‘Mira lo que hago con la perra’.

Desgraciadamente esta violencia cobarde que tiene como objetivo intimidar y causar dolor a otra persona es cada vez más común, ya que aunque no se contempla en la ley como violencia de género, el forense Miguel Lorente, que fue delegado del Gobierno para la violencia de género con el Gobierno de Zapatero, explica para El Español que:

Es violencia ampliada, similar a agredir a otros familiares, amigas, a nuevas parejas. Los maltratadores buscan obtener efectos para dañar, intimidar, de demostrar que no va en broma. Hay una serie de violencia simbólica en la que se incluye el vejar y matar a la mascota. Pero no sólo eso. Romper recuerdos de la familia, fotos, deshacerse de regalos importantes, todo eso forma parte.

Vía: El Español
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