Disfrutar de un día en la playa con nuestro perro, corretear por el monte a plena luz del día o refrescarse en el río o en un pantano parecen a priori planes muy atractivos para ambos, pero para que sean divertidos y seguros hay que tener en cuenta unas reglas básicas.
¿Sabías que un perro encerrado en un coche al sol puede llegar a morir en solo 20 minutos? El sol puede ser beneficioso para la salud de nuestro perro, pero mucho ojo con las temperaturas excesivas y con descuidos o accidentes fortuitos.
Si mantenemos estable su temperatura corporal dándole agua constantemente, relegando el ejercicio físico a las horas más frescas y evitando riesgos asociados a esta época estival, disfrutaremos de jornadas estupendas en buena compañía. He aquí un decálogo de buenas prácticas para un verano más feliz y sin riesgos con nuestro peludo:
- Mantenerle hidratado proporcionándole agua fresca constantemente y evitando que beba agua de mar o estancada.
- Mantenerle fresco prestando especial atención a los golpes de calor.
- Evitar el ejercicio físico en las horas de más calor y dejar los paseos para las horas más frescas (a primera hora de la mañana y al atardecer).
- Buscar la sombra y si es posible descansar en lugares con aire acondicionado.
- Mojarle el cuerpo y la cabeza constantemente. Se le puede aplicar crema solar en las zonas sin pelo como nariz, patas y alrededor de las uñas.
- Valorar un buen corte de pelo, pero sin rapar del todo porque el pelo es un buen protector frente a los rayos de sol.
- Buscar playas o lugares que permitan el baño con perros y vigilar las corrientes, los remolinos, el mar de fondo, el oleaje…o la presencia de tablas o barcas.
- Prevenir picaduras de medusa evitando zonas de riesgo.
- Finalizar la jornada con un buen baño ayudará a conciliar mejor el sueño y a eliminar posibles restos de arena, tierra, polvo o sal si se ha disfrutado de un día fuera de casa.
- Recordar que algunas razas más chatas como el Bulldog Francés, el Bóxer o el Pequinés son especialmente sensibles a sufrir golpes de calor, ya que carecen de una correcta capacidad de refrigeración; también hay que tener especial cuidado con los cachorros, perros muy mayores, aquellos que tienen sobrepeso, insuficiencia cardiaca o respiratoria u otras enfermedades crónicas.
Y sobre todo, sentido común y capacidad de reacción frente a cualquier situación de riesgo y no dudar en solicitar atención veterinaria ante cualquier síntoma de malestar, en especial si sospechamos de un posible golpe de calor. En Otcvet nos enseñan a identificarlo y cómo reaccionar.
Vía: Otcvet
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