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Te preguntarás por un lado qué perro puede ser malo y, por otro, cómo puede ayudar un perro a cuidar el planeta. Aunque te suene raro lo entenderás enseguida y seguro que acabarás sorprendido y sintiendo aún mayor admiración por estos peludos que nos roban el corazón.
¿Perros malos?
Es muy probable que hayas conocido y puede que convivido con un perro muy enérgico, insistente, nervioso e incluso obsesivo.
Son ese tipo de canes que la gente no suele querer adoptar e incluso algunos son devueltos a las protectoras porque no encajan bien en las rutinas humanas, resultan demasiado inquietos y absorbentes y acaban desquiciando con su comportamiento.
Visto desde fuera parece una aberración deshacerse de un perro solo porque resulta más compleja su educación, pero la realidad es que estos canes que ‘destrozan casas’ y a los que parece imposible ‘domesticar’ y que vuelven locos a todos a su alrededor pueden convertirse en ‘salvadores del planeta’.
Obsesión vital
De hecho, Megan Parker de Working Dogs for Conservation busca este perfil de perro para orientar ese exceso de energía y ese afán obsesivo de jugar y encontrar cosas en beneficio común, y encima todos contentos.
Perros que se sientes felices y satisfechos superando retos y humanos y otras especies de animales que salen beneficiadas por la audacia, la inteligencia y, sobre todo, la capacidad olfativa y la tenacidad de este tipo de canes.
Las tareas que suelen desempeñar dentro de Working Dogs for Conservation tienen que ver con la localización mediante el olfato de diferentes objetivos para los que previamente han sido entrenados.
Así por ejemplo localizar las heces de un animal en riesgo de extinción puede ayudar a su ubicación, proporcionar datos sobre la dieta que ha seguido o identificar posibles amenazas en forma de virus o enfermedades latentes.
Su exquisito olfato permite acceder a muestras que sin su ayuda pasarían desapercibidas para los humanos, detectar organismos microscópicos, localizar individuos de especies que se encuentran bajo tierra, localizar trampas ilegales o cazadores furtivos…las posibilidades son infinitas.
Toda una lección para quienes piensan que lo único que sabe hacer su ‘perro malo’ es destrozar los muebles o recoger la pelota mil veces seguidas insistiendo de nuevo; tal vez sea la hora de buscarle tareas más productivas y enriquecedoras para todos.
Vía: SrPerro
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